martes, 10 de enero de 2012

'John Carter', Pixar lo apuesta todo al rojo.


Dentro de pocos meses tendrá lugar el estreno mundial de John Cater, la esperada primera película de imagen real de Pixar. Es probable que muchos de vosotros sólo conozcáis de oídas al personaje del título, o incluso que no lo conozcáis en absoluto. Para solucionar ese problema, sólo necesitáis seguir leyendo. Debo advertiros de que habrá varios spoilers sobre la vida y milagros del individuo en cuestión, pero recordad que éste nació hace ya un siglo. O sea, que no voy a desvelaros los secretos de una historia mega-novedosa y original.
John Carter fue una creación del escritor norteamericano Edgar Rice Burroughs, quien a principios del sigo XX escribió una saga de diez novelas ambientadas en el planeta Marte - su hijo escribió la undécima, aunque según tengo entendido es la peor de todas. La primera novela de dicha saga fue A Princess of Mars (Una Princesa de Marte), que también fue la primera obra publicada por el autor y en la que se basa la película de Pixar. El protagonista, John Carter, es un confederado que tras la Guerra Civil Americana es perseguido por los indios hasta una cueva. Desde allí es transportado misteriosamente al planeta Marte, donde descubre que no sólo puede respirar, sino que su fuerza y su agilidad han aumentado gracias a la baja gravedad. Pronto se encuentra con una tribu de marcianos verdes; seres de tres metros del alto, con cuatro brazos y muy belicosos. Tras impresionarles con sus habilidades para el combate, los marcianos le acogen como un invitado y le llevan hasta una de sus ciudades. Allí Carter contempla como sus anfitriones derriban un vehículo volador y capturan a uno de sus pasajeros, quien no es otra que la princesa del título, llamada Dejah Thoris. Ésta pertenece a la raza de los marcianos rojos, idénticos a los humanos pero de piel rojiza. Carter se enamora inmediatamente de ella, por lo que decide ayudarla a escapar y regresar a su lugar de origen, la ciudad-estado de Helium...
Como podéis ver, estamos ante una clásica aventura pulp, género que floreció en Norteamérica durante la primera mitad del pasado siglo. Tenemos a un héroe romántico que deberá recorrer escenarios exóticos, matar a los malos, salvar a Marte y quedarse con la chica. O sea, lo mismo que hizo el tito Chuache muchas décadas después en Desafío Total (Total Recall). Sin embargo, la obra de Burroughs tiene muy poco que ver con la de Philip K. Dick (en uno de cuyos relatos se basó Desafío Total). Aquí no hay reflexiones sobre qué es real o no, ni sobre la identidad personal, ni sobre la diferencia entre ser humano y ser un replicante. Lo que si hay son cosas tan habituales en la época de Burroughs como racismo, sexismo y xenofobia. Los marcianos verdes, por ejemplo, son los clásicos nativos salvajes y sin civilizar, mientras que los marcianos rojos, con su apariencia humana, son más pacíficos y avanzados. Dejah Thoris, como mujer que es, existe básicamente para ser raptada, obligando a John Carter a rescatarla una y otra vez para poder terminar casándose con ella. Y si para eso hay que forjar una alianza entre los marcianos rojos de Helium y los verdes - cosa que nadie a conseguido jamás - y unirlos para derrotar a la ciudad-estado de Zodanga, enemiga de Helium, pues qué leches, se hace. Para eso es John Carter un macho-alfa blanco y Norteamericano. Y encima del Sur. ¡Cosas así no las hace un maldito Yanki! En resumen, material sensible para nosotros, los lectores de hoy en día, que somos tan progres, tolerantes e igualitarios (dígase con naturalidad).
Por su puesto, a los contemporáneos de Burroughs no les preocupaban minucias como la corrección política. A Princess of Mars fue un éxito de ventas que permitió a su autor completar ésta y otras sagas literarias. ¿Entonces - os preguntareis -, por qué no es John Carter más conocido? Básicamente, por dos razones. Primero, porque acabó siendo eclipsado por otra creación posterior de Burroughs: Tarzán de los Monos. Ése si que os suena, ¿verdad? Segundo y quizá más importante, porque mientras Tarzán triunfó también en otros medios (cine, televisión y cómic), John Carter ha tardado todo un siglo en llegar a la pantalla. Desconozco los motivos exactos, aunque no hay duda de que resulta más fácil recrear en una película la selva africana de toda la vida - donde de hecho se rodaron algunas aventuras cinematográficas de Tarzán - que un planeta distinto del nuestro, lleno de criaturas alienígenas. Aún así, conviene recordar que ya en la década de 1930 se realizaron varios seriales cinematográficos sobre flash Gordon - un personaje bastante parecido a John Carter - y que tras el estreno de Star Wars: Una Nueva Esperanza en 1977 el camino estaba libre para adaptar al cine la saga marciana de Burroughs. Sin embargo, los pocos intentos de hacerlo no salieron adelante. Hasta ahora.
Y aquí entramos en el aspecto más interesante de la cuestión: ¿Puede triunfar hoy en día una película sobre John Carter? En principio, muchos factores indican que si: Detrás del proyecto están Disney y Pixar. El presupuesto, según se dice, es de unos 250 millones de dólares. Y el director es Andrew Stanton, responsable de éxitos como Buscando a Nemo o Wall-E. El mismo Stanton ha admitido que no es un fanático de la novela original, pero si del universo en el que se desarrolla, lo que junto a la presencia de Disney garantiza la eliminación de los elementos más cuestionables del original, mencionados hace dos párrafos.
Pero es justo en este punto donde surge la otra cara de la moneda, porque entre los “elementos cuestionables” hay varios que para mí - y creo que también para algunos de vosotros - merecería la pena conservar. Uno de ellos es el pequeño detalle de que, según la tradición marciana, Deja Thoris acostumbra a ir por ahí...¡en bolas! Naturalmente, Disney no tiene intención de espantar a la audiencia infantil y juvenil - o más bien a sus preocupados padres -, por lo que, como se puede ver en el trailer de la película, Dejah Thoris va en todo momento adecuada e incluso excesivamente vestida. Y ya puestos, otro problema es la actriz que interpreta al personaje, Lynn Collins, quien no sólo no me parece atractiva - aunque ya se sabe que para gustos... - sino que además no estuvo nada convincente en aquel engendro llamado Lobezno. Claro que aún es peor lo de su compañero Taylor Kitsch, el encargado de dar vida a John Carter. Se trata del típico actor guapito de la llamada “Generación Crepúsculo”, que aunque no ha intervenido en esa horrible saga engendrada en el infierno de los frikis, comparte con gente como Robert Pattison o Taylor Lautner una falta absoluta de carisma y personalidad. Stanton justificaba hace poco el protagonismo de Kitsch y Collins afirmando que “El tiempo de las estrellas ha pasado”. Por lo visto, no recuerda que Piratas del Caribe triunfó gracias a una estrella llamada Johnny Deep, a pesar de los soseras Keyra Knightly y - sobre todo - Orlando Bloom.

 Taylor Kitsch y Lynn Collins

 Dejah Thoris según E.R. Burroughs
Sin embargo, los problemas no acaban ahí. Como ya he dicho, se supone que los marcianos verdes son feroces y violentos. Los que aparecen en el trailer parecen más bien toros escuálidos que hablan y caminan sobre dos patas. Y eso que al marciano verde principal, Tars Tarkas, coleguilla y compañero de aventuras de John Carter, lo interpreta Willem Dafoe. Por muchos retoques digitales que se le hagan, ¿como es posible que Willem Dafoe no resulte feroz ni violento? Si, ya sé que hizo de Jesucristo y tal, pero esa no es la clase de personaje por la que todos le recordamos. Supongo que muchos habréis visto Spiderman, ¿verdad? Algo me dice que la sombra de Disney es alargada y que el estudio no quiere que los niños se asusten demasiado. ¿Significa eso que John Carter va a ser una película sólo para niños? Conociendo a Pixar, lo dudo. Pero vuelvo a lo de antes: Esta es su primera película de imagen real y con un presupuesto muy, pero que muy alto. Con todo lo que hay en juego, algunos jefazos de Disney pueden haber exigido no correr riesgos de ningún tipo. Eso significa que los mayores de treinta años podemos acabar sintiéndonos un poco ignorados.

Tars Tarkas
Desde luego, no hay duda de que Pixar se merece un voto de confianza. Aún así, yo voy a ser cauto y aguardar a las primeras críticas y comentarios del público. Entonces decidiré si la veo (en el cine) o no. Respecto a la taquilla, intuyo dos posibilidades: O bien un primer fin de semana brutal seguido de un rápido descenso, o bien una recaudación estable pero algo menor de la esperada. Ambas opciones serían un problema para Disney y Pixar, puesto que se requieren unos ingresos enormes - tanto en los USA como en el resto del mundo - para que una película tan cara sea rentable (y no creo que los 250 millones de presupuesto incluyan gastos promocionales). Por supuesto, podría equivocarme, en cuyo caso no hay duda de que estaríamos ante el comienzo de una nueva franquicia; probablemente una trilogía, ya que las dos siguientes novelas de la saga, The Gods of Mars y The Warlord of Mars, son secuelas directas de la primera. Después John Carter se convierte en un personaje secundario hasta recuperar el protagonismo en la octava, Swords of Mars, que podría dar pié a una cuarta parte al estilo de Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas. Lo que si que descarto es un megatortazo financiero y artístico, que por otra parte sería muy perjudicial para una empresa tan merecedora de mi respeto como es Pixar.

Para terminar, si tenéis tiempo y ganas os sugiero que echéis un vistazo a la adaptación al cómic que la editorial norteamericana Dynamite viene haciendo desde hace un año de la saga marciana de Burroughs. Aún no ha empezado a publicarse en España (al menos que yo sepa), pero no creo que tarde en hacerlo, puesto que evidentemente una de sus funciones es promocionar la película. Los más impacientes podéis optar por otros medios que no es necesario nombrar (je,je), siempre y cuando tengáis algún conocimiento de inglés. La colección se titula Warlord of Mars (como la tercera novela de la saga), y hasta el momento se han publicado al menos 12 números en Estados Unidos. Los primeros 9 son una adaptación directa de A Princess of Mars, de los cuales los últimos 7 están dibujados por Lui Antonio, artista que me encanta y que en mi opinión realiza aquí un gran trabajo - atención al vestuario (o escasez de él) de Dejah Thoris, muy en sintonía con la obra original. Los siguientes tres números forman una historia de transición titulada Heretic of Mars, en la que se introducen algunas subtramas de los siguientes libros, a la vez que se nos presenta a Carthoris, el hijo de John Carter y Dejah Thoris. Aquí el dibujo pasa a ser obra de Stephen Sadowski, quien sin disgustarme no me parece a la altura de Lui Antonio. Según la página oficial de Dynamite, a partir del número 13 comenzará la adaptación de The Gods of Mars, que presumiblemente irá seguida de la de The Warlords of Mars. Que la colección continúe después dependerá sin duda del éxito de la película, a no ser que se haya concebido desde el principio como una serie limitada. Por si acaso, los de la editorial se están curando en salud mediante la publicación simultanea de otras dos colecciones: Warlord of Mars: Dejah Thoris, sobre las aventuras del personaje antes de conocer a John Carter - donde tiene poco que ver con la heroína pasiva y secuestrable de los libros -, y Warlord of Mars: Fall of Barsoom, situada 10.000 años antes de las novelas de Burroughs. Ignoro si ambas adaptan otras obras del autor o si se trata de material original (probablemente lo segundo). En cualquier caso, quienes busquéis un primer contacto con el universo de John Carter sin necesidad de tragaros las novelas tenéis en estos cómics la herramienta adecuada.

Presentación

Bienvenidos. Hoy comienza el Blog del Friki Asturiano, que como muchos de sus paisanos vive exiliado en la capital de España por motivos laborales. Para todos los que os dejeis caer por aquí, éste va a ser un sitio dedicado sobre todo al cine, la tele y los comics. No habrá pajas mentales existencialistas, ni política, ni fútbol. O al menos espero que no los haya, porque en este pais nuestro es muy difícil huir de tales cosas. También debo aclarar que sólo soy moderadamente friki, lo que significa que este blog va dirigido tanto a los frikis como a quienes no lo son (o no se consideran como tales). Igualmente, tampoco se exige a los visitantes que sean asturianos. Al fin y al cabo, desde la Reconquista todos los españoles lo son un poquito (je, je, je). Y en cuanto a los extranjeros, sólo es cuestión de tiempo (dígase en tono ominoso y amenazante).