lunes, 22 de septiembre de 2014

'The Signal 2014' ¡Sorpréndete, maldito!



 
 
Antes de nada, una advertencia: no confundáis esta película con otra del mismo título producida en 2007 y que también pertenece al género de Terror/Ciencia-ficción. Ambas son muy distintas, tanto en su argumento como en su desarrollo, pero poseen un tercer elemento en común: además de ser películas independientes – o sea, no realizadas por un gran estudio de Hollywood -, se empeñan en que demostrarlo con un estilo visual y una puesta en escena muy alejadas de lo acostumbrado en el cine comercial. Es muy probable que esto eche para atrás a algunos de vosotros, mientras que a otros os cause interés. Y es que el término “cine independiente americano” suele polarizar a los espectadores casi tanto como “cine español”. De hecho, una rápida visita a la IMDB indica que ésta es una de esas películas que dividen al público. O te encanta, o la odias. Yo, quizá como muestra de mi idiosincrasia, me quedo en un punto medio. Personalmente la definiría como “interesante”, pero también como “un poco pretenciosa y fallida”. ¿Por qué? Permitidme que entre en detalles.
Bueno, en realidad tampoco puedo dar demasiados detalles. Esta es la clase de historia sobre la que conviene saber lo menos posible antes de empezar a verla. Por eso no voy a revelaros gran cosa del argumento más allá de los primeros minutos. Éstos se centran en un viaje en coche realizado por los tres protagonistas, los cuales son Nick (Brenton Thwaites, jo que nombre), su novia Haley (Olivia Cooke, conocida por Bates Motel) y  su mejor amigo Jonah (Beau Knapp). Toda esta parte es casi un manual de tópicos del ya mencionado cine independiente americano, desde el frecuente uso de la cámara en mano, pasando por el montaje un pelín abrupto y terminando en innumerables planos del paisaje por el que se desplazan los personajes (Nuevo Méjico), el cual a menudo describe su estado emocional. A primera vista uno diría que estamos ante un dramón romántico, ya que Nick sufre una enfermedad que le hace perder poco a poco el uso de sus piernas y teme que Haley acabe dejándole cuando su estado empeore. Sin embargo, pronto queda claro que el motivo del viaje no es el descubrimiento interior ni una melancólica reflexión sobre el sentido de la vida. Nick y Jonah están siguiendo la pista a un conocido hacker llamado Nomad, el cual se ha cargado los servidores de su facultad, causándoles problemas tanto a ellos como a muchos otros alumnos. Gracias a que ambos amigos son también muy duchos en informática –Jonah es un estereotipo nerd (o friki, que diríamos nosotros), mientras que Nick es más guapito y tiene novia porque, claro, es el prota-, consiguen localizar la supuesta guarida de Nomad en una casucha aparentemente abandonada en mitad de ninguna parte. Tras llegar allí de noche, Haley se queda aguardándolos en el coche mientras Nick y Jonah se aventuran dentro. Esto da pie a una divertida parodia de los momentos finales de El Proyecto de la Bruja de Blair, pero las cosas pronto se ponen serias de nuevo cuando Haley empieza a gritar, los dos amigos corren en su ayuda y…
TRANQUILIZAOS: NO HAY SPOILERS
Un extraño montaje de imágenes nos indica que algo ha pasado, pero no sabemos qué. Tampoco lo sabe Nick, quien se despierta en una habitación de hospital, confuso y sin recordar cómo ha llegado allí. Pronto descubre que el personal utiliza siempre trajes de protección biológica –como los de Estallido, para que os hagáis una idea- y el enigmático doctor al mando (Laurence Fishburne), le informa de que ha sido abducido por extraterrestres. ¡Tachaaaan!
 
Futuro laboral de los jóvenes españoles
Naturalmente, Nick pronto empieza a tener dudas sobre lo que ocurre a su alrededor. Y es que hasta un tonto sospecharía enseguida de un Laurence Fishburne con una sonrisa más falsa que la de Artur Mas y que o bien responde con evasivas o bien ignora por completo tus preguntas. Vaya, también igual que Artur Mas. Bueno, mejor dejo de hacer comparaciones, porque cuando inicié este blog dije que aquí no se iba a hablar de política.
A partir de este punto, Nick intentará por todos los medios averiguar qué está sucediendo realmente y de paso escapar del extraño hospital junto con Haley, quien aparentemente está en coma. Por el camino habrá muchas sorpresas y giros argumentales, de modo que la película nunca se hace aburrida. Sin embargo…
Sin embargo, hay un par de cosas que funcionan como armas de doble filo. Para empezar, las ya mencionadas sorpresas – que no os voy a revelar para no estropearos un futuro visionado. Todas ellas generan varias preguntas, algunas de las cuales son respondidas en el curso de la historia. Pero otras quedan en el aire. Y aunque me gustan las películas que prefieren sugerir antes que subrayar y dejan ciertas cosas a la imaginación del espectador, para hacer eso se requiere una inteligencia y una sutileza mucho mayores que las que muestra The Signal. En cuanto la película termina, uno se da cuenta de que para sorprendente una y otra vez los tres guionistas han dejado demasiados interrogantes abiertos y más de un agujero en la trama. El caso más sangrante es quizá el de la misma escena final, inspirada al menos en otras dos películas mucho más conocidas y que no voy a mencionar para evitar spoilers. Da la sensación de que el desenlace queda deliberadamente abierto con vistas a una secuela que explique más cosas. Pero incluso de ser así, uno echa de menos una conclusión más elegante y que no parezca querer gritarte a la cara: “Sorpréndete o mataremos a toda tu familia”.
La otra arma de doble filo es la dirección de William Eubank, quien por cierto también es uno de los tres guionistas antes mencionados. Su trabajo es muy notable y además hace un gran uso de la fotografía, que aprovecha al máximo tanto los interiores del hospital como los exteriores de Nuevo Méjico. El problema es que en algunos momentos Eubank se empeña en ser tan “artístico” y en alejarse de las convenciones del cine comercial que llega a resultar un tanto irritante. Por eso, frente a escenas muy originales y bien resueltas, hay otras en las que se le va un poco la mano. Me atrevo a comparar su estilo con el de Nicolas Winding Refn en Drive, con la salvedad de que Eubank muestra menos autocontrol. A pesar de todo, prefiero mil veces a gente como él antes que a individuos como Michael Bay. Por cierto: Bay es el director de una de las películas en las que se inspira el final de esta. Y lo siento, pero por problemas de presupuesto no hay premio para quien acierte cuál.

                       ¡He, no disparéis! ¡Lo de las secuelas de Matrix no fue culpa mia!
El trabajo de los actores es en general bueno, aunque hubiera sido original que por una vez el prota y novio de la chica fuera el más bien feucho friki (Jonah) en vez del guapito de turno (Nick). Sospecho que el detalle de la enfermedad de éste último es una forma de hacerlo más vulnerable y de ayudar a que simpaticemos con él. Irónicamente, he leído alguna crítica cuyo autor se queja de que eso nunca ocurre y de que Nick resulta un poco inaguantable. Yo nunca tuve ese problema. También creo que es una buena idea que los tres protagonistas sean actores poco conocidos, ya que eso genera más incertidumbre acerca de si al final van a acabar bien o no. Fishburne está perfecto como el misterioso doctor, aunque resulta evidente que esta clase de papeles los sabe hacer hasta durmiendo. Entre los secundarios, destacar la aparición de Lin Shaye, a quien algunos recordaréis como investigadora de lo paranormal en la saga Insidious. Su personaje es bastante gracioso, aunque también un ejemplo de los varios elementos del guion que no se explican lo suficiente.
En conclusión, debo decir que los aciertos de esta película superan a sus debilidades. Sin embargo, insisto en que tiende a dividir al público. Sin duda la apreciareis más aquellos de vosotros a quienes les guste el cine independiente o busquen algo distinto de lo habitual. Por poner un ejemplo, os recomiendo que la veáis si os gustó más Looper que cualquier entrega de la saga Transformers. Y puesto que además hay una historia de amor –eso sí, mucho menos forzada que la de El Niño-, a vuestras novias es probable que también les guste. The Signal se estrena en España el próximo 12 de diciembre. Dudo que dure mucho en cartel, pero sí es cierto que la gran labor de fotografía debe de apreciarse aún mejor en el cine que en una pantalla de plasma. La decisión es vuestra.